NICOLÁS MAQUIAVELO*
“El Príncipe”
“Mucho debemos a Maquiavelo y a otros hombres como él, que escriben sobre lo que hacen los hombres y no sobre lo que deberían hacer”
Francis Bacon
CAP. IX DEL PRINCIPADO CIVIL
“Pues en toda ciudad se encuentran estas dos inclinaciones distintas: que el pueblo desea no ser dominado ni oprimido por los grandes, y los grandes desean dominar y oprimir al pueblo; de estas dos inclinaciones opuestas nace en las ciudades uno de estos tres efectos: o principado, o libertad, o anarquía. El que llega al principado con la ayuda de los grandes se mantiene con más dificultad que el que llega con ayuda del pueblo, porque se encuentra príncipe rodeado de muchos que se tienen por iguales que él, y por esto no puede mandarlos ni manejarlos a su manera.
Por otra parte, un príncipe no puede estar nunca seguro del pueblo si le tiene por enemigo, por ser demasiados; de los grandes, en cambio, puede asegurarse, por ser pocos.”
CAP. XV DE LAS COSAS POR LAS QUE LOS HOMBRES, Y ESPECIALMENTE LOS PRINCIPES, SON ALABADOS O CENSURADOS
“Hay tanta distancia de cómo se vive a cómo se debería vivir, que el que deja el estudio de lo que se hace para estudiar lo que se debería hacer aprende más bien lo que debe obrar su ruina que lo que debe preservarle de ella: porque un hombre que en las cosas quiera hacer profesión de bueno, entre tantos que no lo son, no puede llegar más que al desastre. Por ello es necesario que un príncipe que quiere mantenerse aprenda a poder no ser bueno, y a servirse de ello o no servirse según las circunstancias.”
CAP. XVIII DE QUE MODO LOS PRINCIPES DEBEN GUARDAR LA FE DADA
“Es necesario, pues, ser zorra para conocer las trampas, y león para destrozar a los lobos. Los que sólo toman por modelo al león no entienden sus intereses. Por tanto, un príncipe prudente no puede ni debe mantener fidelidad en las promesas, cuando tal fidelidad redunda en perjuicio propio, y cuando las razones que la hicieron prometer ya no existen. Si los hombres fueran todos buenos, este precepto no sería bueno; pero, como son malos y no observarían su fe con respecto a ti, tú tampoco tienes que observarla con respecto a ellos.
Los hombres son tan simples, y se someten hasta tal punto a las necesidades presentes, que quien engaña encontrará siempre quien se deje engañar.
No es necesario, pues, que un príncipe posea de hecho todas las cualidades mencionadas, pero es necesario que parezca poseerlas.”
CAP. XIX DE QUE MODO SE DEBE EVITAR SER DESPRECIADO Y ODIADO
“Le hace odioso, sobre todo, como dije, el ser rapaz y usurpador de las propiedades y las mujeres de sus súbditos: de ello debe abstenerse; siempre que no se quita a la generalidad de los hombres su propiedad ni su honor, viven contentos, y sólo se ha de combatir con la ambición de pocos, la cual se frena de muchas maneras y con facilidad. Cae en el menosprecio cuando pasa por variable, ligero, afeminado, pusilánime, irresoluto: un príncipe debe protegerse de todo esto como de un escollo, e ingeniarse para que en sus acciones se advierta grandeza, valor, gravedad, fortaleza; en torno a las tramas de sus súbditos, debe procurar que su sentencia sea irrevocable; y manténgase en tal opinión, que nadie tenga el pensamiento de engañarle, ni de entramparle.
Un príncipe debe tener dos temores: uno en el interior por cuenta de sus súbditos, y otro en el exterior por cuenta de potencias vecinas. Contra este último se defenderá con buenas armas y con buenos amigos; y siempre, si tiene buenas armas, tendrá buenos amigos; siempre estarán aseguradas las cosas interiores, cuando estén aseguradas las exteriores, a no ser que las haya perturbado una conjura; y, aunque los del exterior intentaran algo, si el príncipe ha gobernado y vivido como he dicho, con tal de que no le abandonen los suyos, siempre sostendrá todo ataque.
Uno de los más poderosos remedios que tiene un príncipe contra las conjuras consiste en no ser odiado por el pueblo; porque el que conspira cree siempre que con la muerte del príncipe satisfará al pueblo; pero, cuando crea ofenderlo, no se atreverá a tomar semejante partido, porque las dificultades que se presentan a los conjurados son infinitas. Por lo tanto, concluyo que un príncipe debe inquietarse poco de las conspiraciones cuando el pueblo le tenga buena voluntad; pero, cuando le sea contrario y le tenga odio, debe temerlo todo y a todos. Los Estados bien ordenados y los príncipes sabios han cuidado siempre muy diligentemente de no descontentar a los grandes y de satisfacer al pueblo y tenerlo contento; ésta es una de las cosas más importantes que ha de tener en cuenta un príncipe.
De aquí se puede sacar una notable conclusión: que los príncipes deben dejar a otros la disposición de las cosas odiosas y reservarse para sí mismos las de gracia.
...no pudiendo los príncipes evitar ser odiados por alguien, se deben esforzar primeramente en no ser odiados por la mayoría; y cuando no puedan conseguir esto, deben ingeniarse de la manera que sea para evitar el odio de la mayoría que es más poderosa.
Aquí debe hacerse notar que el odio se adquiere mediante las buenas acciones, tanto como mediante las malas; por esto, como dije más arriba, si un príncipe quiere conservar el Estado, a menudo se ve obligado a no ser bueno.”
CAP. XXI COMO DEBE CONDUCIRSE UN PRINCIPE PARA SER ESTIMADO
“Ninguna cosa le granjea mayor estimación a un príncipe que las grandes empresas y las acciones raras. Hacer cosas grandes mantiene sorprendidos y admirados a sus súbditos y ocupados en el resultado de las mismas sin dar espacio para poder urdir algo tranquilamente contra él.
Ayuda también a un príncipe dar de sí ejemplos raros en el gobierno interior de su estado, y sobre todo un príncipe debe ingeniárselas para que cada una de sus operaciones le proporcione fama de hombre superior y de grandísimo genio.
Es también estimado un príncipe cuando es verdaderamente amigo o enemigo, es decir, cuando sin ninguna preocupación se declara a favor del uno contra el otro. Esta resolución es siempre más útil que la de permanecer neutral.Debe también un príncipe mostrarse amante de los talentos, siendo generosos con los hombres destacados y honrando a los que sobresalen en cualquier arte. Debe, además, en las épocas convenientes del año, tener ocupados a los pueblos con fiestas y espectáculos.”
*Nicolás Maquiavelo (en italiano Niccolò di Bernardo dei Machiavelli) (Florencia, 3 de mayo de 1469 - Florencia, 21 de junio de 1527) fue un diplomático, funcionario público, filósofo político y escritor italiano.
NOTA: Puedes obtener el texto completo de esta obra en la sección "libros recomendados" de este mismo blog. Y si lo deseas, leer en "Misceláneas" el ensayo sobre su doctrina aplicada al ambito educativo titulado "Maquiavelo en la Escuela" publicado en la Revista Paideia Nº 39, 21-30, de la Universidad de Concepción, Chile (2005).
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